Cada persona es un mundo y puede que la danza oriental se manifieste de forma diferente en ti. A día de hoy no hay ningún estudio sobre la danza del vientre, así que lo que sigue a continuación está basado en mi experiencia y en la de mi entorno.
Pero es que al mismo tiempo te pones en forma.
Algo curioso que he notado es que tus curvas se dulcifican, si son imponentes, o esculpes redondeces armónicas, si tu cuerpo se parece más a una recta.
A lo que la danza del vientre sí puede ayudarte es a:
¿El resultado? Terminas tu clase de danza oriental con mucha más vitalidad y alegría de las que traías.
Es cierto que la propia imagen corporal mejora y te puedes sentir más atractiva, tanto por dentro como por fuera. Y eso repercute positivamente en todos los ámbitos de tu vida.
Pero, esta danza no tiene nada que ver con el striptease o similares.
Ni siquiera está demostrado que se usase en rituales de fertilidad, como tal vez hayas leído por ahí.
Cada una es libre de bailar y expresar lo que sienta. Pero una cosa es la danza oriental y otra lo que la bailarina quiera expresar en su danza.
Cuando bailaba, sentía que me adentraba en el templo del arte.
Tahia Carioca
Por eso, apuntarte a una clase de baile es una forma superfácil de conocer gente afín y trabar amistad. Si te cuesta hacer amigos por timidez, verás que a través de la danza oriental poco a poco generas vínculo y estrechas lazos de confianza.
¿También te has creído que las mujeres somos nuestras peores enemigas?
Nada que ver con la realidad. Mis amistades que más han trascendido en el tiempo las he conocido en una clase de baile.
Pero en el camino aprendes muchas otras cosas de la cultura que te hacen abrir la mente. Al menos así aprendí yo y es lo que quiero transmitir en mis clases.
Aprendes a bailar y de paso destierras algunos prejuicios, que nunca viene mal para la sociedad.